Ejercicio Diario de observación N°1

Entra alguien en la tienda, y como cada vez que alguien entra por esa puerta, me sobresalto. Comienzo a sentirme ansioso, ¿qué es lo que necesitará?, ¿lo podré ayudar?, ¿sabrá lo que quiere comprar?

Muchas veces las personas entran y no saben lo que quieren, deambulan por los pasillos esperando que alguna señal divina les diga qué es lo que necesitan y los inste a comprar algo. Pero casi nunca pasa.

Sigo mirando al cliente, mira cada producto, recorre cada pasillo con cara de concentración, como si quisiera leer entre lineas cada artículo, cada producto. Es como si búscara un lenguaje oculto dentro de ellos.

Me armo de valor y me acerco, mi corazón se agita, se acelera, lo puedo escuchar latir dentro de mis oidos. Llego al cliente a paso firme, decidido. Odio interrumpirlos cuando están tan concentrados. Finalmente respiro y le pregunto "¿Qué necesita? yo lo puedo ayudar".
Me mira como si estuviera evaluando mis capacidades, como si con una simple mirada supiera todo sbre mi. ¿Estará pensando que soy su señal divina?, espero que no, porque estoy muy lejos de serlo.

Al cabo de unos segundos, o tal vez minutos, pero que parecieron horas, me dice: "no, nada, solo miro". Comienza a girar, a dar la vuelta para salir a paso apresurado de la tienda. Lo miro salir, le deseo un bonito día en mi mente.

Me mantengo intrigado, pensando en esas personas que no saben qué comprar, esperando su señal divina, confiando que lo sabrán algun día, en algún momento. En el momento que vuelvan a entrar.


Título: Solo miro
Autor: Ricardo Ignacio Cortés Rojas

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Poema (escrito el 05 abril 2019)

Relatos interconectados (1 de 4)

Ejercicio Diálogos N°1